martes, 21 de junio de 2016

UNIVERSIDAD Y LIBERACIÓN - Por Ing. Aquiles Gay - 1973

Un tiempo antes de mirarnos desde una gran nube llena de libros y engranajes, Aquiles repartía sin cansancio una fotocopia con este artículo de la revista Movimiento del año 1973... Años que preludiaban un futuro raro... quizás parecido al de estos tiempos (ojalá que no tan parecidos).
En este artículo, se parafrasea el discurso de Aquiles en su asunción como Director de la Universidad Tecnológica.
Es una invitación a la reflexión, en los tiempos que corren, para todos los/as docentes de Educación Tecnológica acerca de los problemas tecnológicos que hoy más que nunca, se vuelven "sociotécnicos".



UNIVERSIDAD  Y LIBERACIÓN

 El papel de la Universidad Tecnológica en la opción liberación o dependencia, es fundamental. Buena prueba de ello es la no cabida de planes de real sentido nacional en su gestión de los últimos 17 años. En el encuadre que de ella hace el imperialismo, queda comprendida una rígida compartimentación, en aras de lograr élites tecnologizadas que sirvan como gerentes empresariales para la penetración y expansión capitalista.
El dos de agosto pasado, la función de la Universidad y una clara denuncia de la política que con ella se había seguido fueron enunciadas en forma precisa y tajante por el  Ing. Aquiles Gay, al hacerse cargo de sus funciones como delgado interventor en la Facultad Regional Córdoba de la Universidad Tecnológica Nacional. Los conceptos allí formulados y que son los que habrán de regir su función, implican una definición clara, concreta y posible. El texto completo de su discurso se transcribe a continuación.
Circunstancias ajenas a su sentir y voluntad no han  posibilitado la presencia en este acto del Rector Interventor Ing. Ivan Chambouleyron, el que por mi intermedio transmite su íntimo deseo y esperanza de que esta nueva etapa que hoy se abre permita encauzar  nuevamente a nuestra Universidad Tecnológica  Nacional, dentro de las funciones específicas que motivaron su creación como Universidad Obrera en 1952, es decir, una Universidad del pueblo trabajador, que marchado acompasadamente con el mismo, sea factor fundamental en el proceso revolucionario de Liberación Nacional y Social. Pues como el mismo compañero Chambouleyron lo dice en su mensaje a los trabajadores y estudiantes  de la Universidad Tecnológica Nacional “Lo que está en juego en la Nueva Universidad Argentina no es sólo el porvenir de los universitarios, sino el destino mismo de la Patria”.
Por nuestra parte y en presencia de todos los claustros que componen el quehacer universitario nos hacemos cargo a partir de este momento de la conducción de la Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Córdoba, con el firme e inquebrantable propósito de hacer de esta Facultad una palanca decisiva en el proceso de reconstrucción y Liberación Nacional y Social que lleve a nuestra patria a su definitiva independencia.
Saludamos y agradecemos la presencia, en este recinto, de los representantes del pueblo, tanto a nivel de organismos de base, como de compañeros funcionarios;  es el apoyo que recibimos del pueblo que plasmó el 11 de marzo la voluntad de cambio, apoyando un programa de liberación y dado su confianza al General Perón, conductor de una política que representa los más profundos y sentido intereses populares, y saludamos especialmente esta presencia porque permite la reiniciación del diálogo entre los sectores populares y su Universidad Obrera para, de esta forma, todos juntos contribuir a llevar adelante los objetivos planteados por el gobierno popular .
Esta Universidad que fuera creada en 1952, como expresión revolucionaria de la educación universitaria, recibió a los dos años de su fundación el golpe de la antipatria que pretendió suprimir este establecimiento por no ser un instrumento adecuado a sus planes de colonización del país, pero al no poder hacerlo, , frente a la reacción de los estudiantes, docentes y no docentes, optaron por desnaturalizar sus objetivos, castrando, a través de consideraciones político-ideológicas y no académicas, toda posibilidad de educación superior con sentido popular y social.
Sostenemos que los grandes objetivos de Liberación Nacional están concretados, en lo ideológico, en las tres banderas: Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía política; y que en la actual situación argentina el cumplimento de estas tres banderas se verificará a través de la construcción del Socialismo Nacional, que implica la Nacionalización y socialización del poder político, económico y cultural.
Nos hacemos cargo de esta Facultad a dos meses de haber sucumbido el desgobierno que hundió al país desde todo punto de vista y que específicamente en nuestro caso nos sumió en una dependencia tecnológica casi total.
Venimos a resolver, en nuestro terreno, la antinomia Liberación o Dependencia y para lograr ello, desde aquí y desde ya, llamamos a colaborar a todos los sectores que integran nuestra Facultad:  estudiantes, docentes, no docentes y egresados, para que en conjunto y mediante el trabajo fructífero y mancomunado vayamos delineando, junto a nuestro pueblo, las soluciones que la Universidad Argentina necesita.
Entendemos que esta tarea deba partir de una discusión política, con un sentido crítico, del contenido, de los métodos y de los objetivos de la enseñanza que aquí se imparte.
Por otra parte, a través de nuestra discusión y elaboración, haremos nuestro aporte a la concreción de una nueva ley universitaria que sea fiel reflejo de las necesidades e intereses de nuestro pueblo.
Debemos procurara soluciones nacionales y regionales a los problemas que se nos presentan; encuadrándonos fundamentalmente en el mandato popular que el 11 de marzo demostró claramente cuál es el proyecto político que los argentinos esperamos.  Queremos que quede claro que  en este momento no se juega un título, una cátedra, un examen, sino que y es importante que se grabe a fuego en todos nosotros, se está jugando si seremos una Nación o una Colonia.
Expresamos que no queremos docentes que transmitan crudamente los conceptos elaborados por el imperialismo; no queremos tecnócratas que planifiquen y ejecuten de acuerdo a pautas entreguistas; no queremos gerentes que administren los recursos de la oligarquía; no queremos burócratas  que ejecuten en cualquier área la mecánica tarea de reproducir valores y productos sin participar en el esfuerzo liberador de todo el pueblo.
Consideramos que un ingeniero no puede ser sólo un hombre que conozca determinadas técnicas, sino que en lo fundamental debe tener la claridad política para entender que esa capacitación que recibe  gracias al esfuerzo de los trabajadores, sea usada como arma liberadora al servicio del pueblo.
No concebimos un profesional ajeno a la problemática nacional, pues sólo entendemos la técnica cuando sirve a la liberación del hombre y no a su explotación.
Entendemos que en un mundo altamente tecnificado el camino de liberación paras por desarrollar  nuestra propia tecnología acorde con nuestras necesidades y prioridades y no podemos, como hasta el presente, tener una dependencia tecnológica del imperialismo.
Esta dependencia tecnológica no sólo involucra continuo drenaje de divisas a nuestra economía mediante el pago de patentes, “royalties”, etc, sino que agudiza día a día la “brecha” tecnológica existente en nuestro país y los países industrializados.
Este proceso de adopción de tecnológica importada, en numerosos rubros en los cuales la capacidad de nuestros técnicos puede reemplazarla sobradamente, deberá ser revertido y en estsa tareas debe jugar un importante  rol nuestra Universidad.
Este procesos va íntimamente ligado con la orientación y apoyo que deberá dar nuestra universidad a la investigación tanto pura como aplicada.
Para poder hacer realidad esa participación activa en la Universidad en todos sus niveles en el desarrollo de nuestra tecnología y una auténtica inserción de la Universidad en el proceso productivo, debemos abrir un proceso de revisión de los Planes de Estudio y del contenido de la enseñanza. En este proceso deben participar todos los sectores nacionales, universitarios o no, interesados en el tema.
Si hacemos un análisis de nuetros planes de estudio, vemos una compartimentación de conocimientos y carreras, provenientes de ir reactualizando una formación enciclopedista  y de ignorar una realdad siempre cambiante y fluyente.
Nuestros programas y planes de estudio deben estar en una constante actualización y revalorización por parte de docentes y alumnos.
En cuanto a las carreras trataremos de cambiar el criterio existente de carreras o títulos tradicionales para dar paso a nuevas carreras universitarias de variada duración y características de acuerdo a las necesidades del país y la región.
Un problema clave en la Universidad es precisar si su orientación será elitista o masificadora. Y esta actitud, entre otras cosas, siempre queda determinada a través del control del ingreso.
En la Universidad actual hay inversión de fondos públicos  y apropiación individual de ellos por una minoría. En la práctica, esta apropiación se explica, por el hecho de que las familias que cuentan con recursos para suministrar mejor formación a nivel secundario a sus hijos y ara mantenerlos mientras duran sus estudios en la Universidad, los habilitan para apropiarse de las inversiones públicas representadas por el costo de formación de cada egresado. A los privilegios existentes se suma de este modo el de acumular nuevas ventajas a quienes ya gozan de muchas.  Como la retribución social de esas inversiones en enseñanza superior sólo se hace indirectamente a través de lo que ella agrega a la productividad nacional, el sistema actúa de manera que la estratificación social perpetua la estructura de poder y lo que es más grave, selecciona los cuadros superiores de la intelectualidad y del profesorado sobre la estrecha base numérica de una previa tamización económica social.
Ante este hecho, consideramos básico  llevar adelante una política de democratización de la enseñanza superior, eliminando todo tipo de trabas o limitaciones tanto en el ingreso como en el posterior devenir de la carrera Universitaria.
Ésta política lleva implícito el desafío de desarrollar e incrementar la capacidad de matrícula de nuestra Universidad; sabemos que no será fácil afrontar el mismo, pero con la participación de toda la comunidad universitaria n o dudamos poder hacer realidad este objetivo,.
Siempre, y bajo el mismo lineamiento de posibilitar los estudios superiores a los sectores sociales de menores ingresos impulsaremos en la medida de nuestras posibilidades, un adecuado número de becas.

Por último y porque consideramos que expresa la síntesis de los objetivos por los cuales debemos luchar desde nuestra Universidad, repetimos las palabras que el 8 de octubre de 1952, con motivo de la fundación de la Universidad Tecnológica Nacional dijera el Gral Perón: “nosotros, en nuestros planes de gobierno, luchamos por una ciencia y una cultura populares. No podemos decir que un país sea culto ni tenga gran adelanto porque cuente con tres, cuatro o diez sabios y hombres cultos, mientras el resto es mudo y torpe rebaño de ignorantes. La cultura del pueblo está en que aún cuando no poseamos ningún sabio ni ningún hombre extremadamente culto, tengamos una masa popular de una cultura aceptable. Por eso hemos establecido entre nuestros objetivos, que tanto la cultura como la ciencia son elementos al servicio del pueblo y esgrimidos por las manos del pueblo, queremos una cultura popular, queremos que cada uno de nuestros hombres disfrute y haga ejercicio de ella, porque entonces tendremos una ciencia argentina al servicio del pueblo argentino, que es lo único que justifica la cultura y justifica la ciencia”.